Había una vez, un niño obsesionado con crear la formula para hacerse invisible, pensaba en las travesuras que haría a su familia si lo lograra. Este niño fue creciendo y seguía pensando en como lograr esta formula.
En la secundaria se intereso por la química y todas las combinaciones que hay con los compuestos que están en la tabla periódica. Logro oxidar el metal con un liquido, hacer que lloviera en su salón, hasta una formula para rejuvenecer un poco la piel; pero, seguía pensando en como hacer una formula para hacerse invisible, que nadie lo pudiera ver.
Al terminar la escuela, ya no ingreso a la universidad y se dedico ahora a una su única obsesión, volverse invisible.
Sus padres le compraron una casa para que pudiera hacer una vida en ella, lejos de ese pensamiento de crear la formula.
Caso contrario al pensamiento de sus papas, el joven se encerró en aquella casa. Día y noche se dedicaba a investigar todas las combinaciones, aprendió biología, química, nanotegnologia. Sus padres lo visitaban y el joven mal humorado les gritaba y les pedía que se fueran.
Sus amigos trataban de convencerlo de salir a tomar unos tragos a platicar a un bar, pero el gritaba un rotundo - !No, estoy intentando ser invisible¡ Déjenme solo -
También lo intento Wendy un amor de la escuela, Con quien platicaba en sus caminatas de novios de como lograría ser invisible.
Wendy le suplico que dejara esta obsesión para que saliera con ella y recorriera el mundo pero, el joven inmerso en su trabajo la ignoro por completo.
Sus familiares, amigos y antigua novia no insistieron mas y lo dejaron en paz. Ya no insistieron en ir a visitarlo y cambiar su actitud.
Nuca mas se vio el joven que estaba creando la formula de la invisibilidad.
Autor. Fernando García Caloca
0 Comentarios