Coleccionador de piedras

 

Yram la nutria

Yram la nutria, siempre iba recolectando piedras por el sendero que recorría del pueblo a su hogar. Las recogía y las depositaba en su bolsa que colgaba de forma lateral en su pecho y que estaba cocida a mano por su abuelita.

Los demás animales de la aldea se reían de él, le decían que estaba loco, otros tantos solo lo miraban con extrañeza y hacían comentarios ofensivos.

Pero para Yram, todos estos comentarios son como las piedras, están inertes y sin vida, mientras no te peguen físicamente. Le encantaban las piedras lisas y de colores exóticos, tenía una gran colección en su casa, muchas de tamaño más grandes, que usaba como si fueran muebles, simulando sillas o una mesa.

Un domingo por la tarde, mientras estaban en el pueblo, llegaron 3 jabalíes salvajes del pueblo vecino, estos eran unos rufianes, ya que se aprovechaban de la inocencia de la aldea Dabren, robándoles comida del mercado y maltratando a sus ciudadanos con insultos y uno que otro golpe.

Yram que estaba cerca, corrió a una distancia considerable para ver lo que estaba pasando, observando la injusticia que sucedía y grito ferozmente -¡Váyanse de aquí, Salvajes!, ¡O se atendrán a las consecuencias!- Los 3 Jabalíes rieron, y con aires de grandeza uno de ellos contesto -¿Nos hablas a nosotros?, ¿Qué va hacer una nutria desnutrida y escuálida como tú?

Mientas termina esta frase, una roca le pegaba en una pierna dejando un gran morete al jabalí, enfurecido y con un grito de guerra ordeno a los otros 2 embestir a la nutria, pero esta respondió lanzando mas piedras acertando en casi todos los tiros, los jabalíes todos maltrechos gritaron al unisonó -¡Retirada!

Todos los ciudadanos que se encontraban en la plaza viendo lo sucedido, aplaudieron y vitorearon a Yram “El loco de las piedras”.

Desde aquel día los ciudadanos de Dabren coleccionaban piedras y las colban en un bolso al estilo de Yram por si llegara de nuevo el dia que regresaran los jabalíes. Ydram por su parte, ahora al tener todos unos bolsos con piedras, era un ciudadano mas en el pueblo y ya no era visto como un bicho raro, si no, el héroe de la ciudad.

Y hoy en día, sigue coleccionando piedras.

 

Autor. Fernando García Caloca

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